Puig posa

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lunes, 3 de enero de 2011

Ricardo Bartis: la actuación, esa cosa atorranta

Con qué cosas deberían romper las nuevas generaciones para empezar a generar, entonces, mirada propia?
No creo que haya que romper con nada para que vuelvan a suceder cosas: tardará más o menos, pero va a pasar porque la gente quiere actuar. Y la voluntad de actuación va a generar lenguaje. Porque la actuación, si es sensible y poética, no quiere componer, no quiere hacer personajes psicológicamente reconocibles: quiere excederse, tiene ansia de exceso. La actuación se ríe de todas estas disquisiciones tan intelectuales. Se ríe, porque es más atorranta. Y va a generar nuevos espacios, nuevas agrupaciones, nuevas formas de agruparse. Pero se debe recuperar cierto apasionamiento y el espíritu amateur, el juntarse por necesidad; ser lo suficientemente resentido como para decir “juntémonos nosotros, que somos los del grupito del fondo, y hagamos lo nuestro”. Para no repetir lo que pasó en los ’90: nos la creímos mucho. Creímos que jugábamos muy bien y que la escena de Buenos Aires era una cosa antológica y que habíamos descubierto procedimientos que habíamos instalado una novedad, y que esa novedad hacía que todos los festivales del mundo vinieran a buscar y ver qué pasaba acá. Eso nos hizo mal. Nos hizo mal tanto festival, tanta expectativa, porque todo el mundo empezó a organizar sus carpetas, empezó a pensar en la prensa y todo el mundo empezó a decir más de lo que hacía. En la medida en que sigamos así, el teatro se va a configurar cada vez más como una especie de pasatiempo cultural, de entretenimiento culto. Hoy es muy poco probable ver espectáculos que te produzcan una conmoción religiosa, en el sentido de gran creencia que amplíe la cabeza, el corazón, el sexo. Es eso, sí: veo cada vez menos espectáculos que calienten.

http://funambulosnotas.blogspot.com/2010/04/huele-parricidio.html